El Oídio en la viña (Uncinula necátor Burr.).1 Daños

Enfermedad especialmente dañina del viñedo, presente todas las campañas y causante de graves daños en la pérdida de producción y también de pérdida de calidad de la uva.
¿Cómo identificarlo? ¿cómo prevenirlo? ¿cuales son las mejores estrategias? ¿como debo actuar? ¿existen métodos curativos?...
Son muchas preguntas las que nos pueden surgir. Creo que la mejor manera para responderlas es primero conocer a que nos enfrentamos, que es y en que condiciones se desarrollo, ya que así podremos entender mejor los métodos de prevención y lucha.

ataque temprano antes de floración

Dada la extensión de este tema lo hemos estructurado en cuatro entradas o capítulos para que puede ser más sencilla su lectura.
Espero que os resulte interesante.

Su nombre común en diferentes regiones, creo que son un buen descriptor para su identificación, recibe el nombre de ceniza, cenicilla, polvillo, cendra, cendrosa, me gusta especialmente la denominación que se hace en Cariñena “cólera” o “cólera” que pronuncian en la región, que indica de una manera muy franca el daño que esta enfermedad puede causar.

Originario de América del Norte, llego a España a mediados del siglo XIX. Enfermedad con presencia en todas las regiones vitícolas españolas, su presencia está prácticamente garantizada todos los años y en caso de ataques severos en variedades sensibles puede generar la pérdida total de la cosecha. Posiblemente es la enfermedad (junto con el mildiu) más conocida y que más daños provoca en nuestros viñedos

Descripción

El hongo pasa el invierno en las yemas, sarmientos y hojas secas, cuando las condiciones le son favorables generará las estructuras de crecimiento para producir esporas que permiten la propagación de la enfermedad. Se puede instalar sobre cualquier órgano verde de la planta, por lo que puede afectar a flores, frutos, hojas y sarmientos, antes de que estos lignifiquen (se conviertan en madera).

Por encima de 15ºC el hongo puede progresar vegetativamente, pero el óptimo se sitúa en 25-28ºC, por encima de 35ºC se detiene y son letales temperaturas superiores a los 40ºC. Ojo con estos datos, ya que las temperaturas serán a las que se encuentre el hongo dentro de la planta, que siempre serán más moderadas que en el exterior, así que cuando hace 40ºC a la sombra, en una hoja interna de una cepa de vid puede haber dos o tres grados menos, ya que al sombreamiento hay que añadir la evapotranspiración de la planta, que permite regular el microclima próximo a sus tejidos. Desterrar la falsa idea de que cuando nuestros termómetros en casa o en la bodega alcanzan ciertas temperaturas ya se han encargado de matar a los hongos.

Es un hongo que se ve beneficiado por el aumento de humedad ambiental, pero que no requiere estrictamente un nivel elevado para desarrollarse. Al contrario que sucede con otros hongos, las lluvias abundantes frenan su desarrollo. Es muy común su proliferación en épocas secas con vientos frescos, cuando el viento para por la noche se produce rocío, ese rocío es suficiente para su desarrollo y el viento de la tarde le ayuda a su dispersión. Muy asociado a vientos de cierzo en el valle del Ebro.

Sintomas y Daños

Como hemos dicho que afecta a todos los órganos verdes, si queremos detectar su presencia tendremos que buscar en esas zonas de la planta.

La principal características en la presencia de polvillo ceniciento sobre hojas, flores, frutos y brotes. Cuando aparece la ceniza el síntoma ya es claro y no suele haber mucha duda, en algunos libros se habla de cómo diferenciar del mildiu, pero como se verá en las fotografía no hay mucha duda, oídio se manifiesta en forma de polvillo grisáceo como de ceniza y mildiu es una pelusa mucho más blanca. Cuando el ataque es avanzado van apareciendo zonas necrosadas (negras) al principio serán pequeños puntos que se parecían al quitar la ceniza y después serán órganos enteros ennegrecidos.

ataque temprano, aparecen punteaduras amarillas y las hojas se curvan sobre el haz.

Muy interesante es la forma de poder detectarlo de manera temprana, antes de que se produzca la ceniza, que indica que ya hay esporas y por lo tanto contaminación de nuevos órganos. En brotación del viñedo cuando ya hay condiciones para el crecimiento del odio, se pueden observar pequeñas manchas de aceite, que no son mildiu, ya que son más pequeñas. Una manera de resolver la duda es meter las hojas en una bolsa de plástico pulverizar agua, dejar a unos 24ºC y si no aparece la pelusa por el envés del mildiu, suele ser oídio. Si es oídio por el envés se suelen apreciar punteaduras más pardas. También es útil ver como la hoja tiene un pequeño abarquillamiento sobre el haz, esto se debe a que el hongo impide el crecimiento celular, por lo que la parte de la hoja afectada (suele ser la exterior) no crece y el resto si, generando una descompensación que se traduce en este arrugamiento tan característico.

ataque en inicio de floración, uno de los momentos más delicados y sensibles

Los daños más importantes se producen en los racimos, ya que el hongo coloniza los frutos, ocasionando parada de crecimiento de la piel, si el taque continua el grano se agrieta y si el ataque es muy severo se llega a deshidratar por completo.

ataque en el estado de grano guisante, se observa como el grano afectado tiene un menor desarrollo

Un ataque de odio puede favorecer la penetración de Botrytis cinérea (que genera el podrido de las uvas). El riesgo para la entrada de Botritis se produce si el ataque no en muy grave y quedan algunos granos agrietados dentro del racimo, si el racimo sigue creciendo y se compacta, el riesgo se incrementa y si a esto le unimos que la viña sea frondosa y vigorosa, el riesgo es exponencial. Si el ataque de oídio es muy severo no suele quedar agua suficiente en el fruto para un ataque de Botrytis.

Rajado de granos en bayas afectadas por oidio

El factor variedad es muy importante de cara al riesgo de ataque de este hongo. Variedades como Cariñena (mazuela o mazuelo) tiene una sensibilidad muy muy alta, lo que planteará estrategias distintas de lucha que para garnacha, que posee una sensibilidad media