Cepa con ataque de oidio en todos sus órganos verdes (flores, sarmiento y hojas) |
Son dos los errores más comunes en los que se cae y que
generan la aparición del oídio. En este artículo intentamos localizarlos, ponerles solución y establecer un estrategia válida.
No tratar en el momento correcto, es uno de estos dos errores y suele cometerse bien por querer agrupar el tratamiento para una plaga u
otro hongo, lo que hace que tratemos pronto o tarde o bien porque las
dimensiones de la finca no están ajustadas a los medios de defensa y cuando se
realiza un tratamiento se acaba tardando demasiado tiempo y partes de la finca
son tratadas en fechas inadecuadas. El segundo error más común, es como se
trata, nos hemos encontrado miles de veces parcelas de viñedo donde el oídio
aparece en las filas donde no ha llegado bien el producto, normalmente por
tratar intentando aplicar muchas líneas en la misma pasada y además repetir
todos los tratamientos por las mismas líneas, lo que genera que una parte del
viñedo recibe un nivel de tratamiento inferior durante toda la campaña y en
ocasiones durante muchos años, lo que genera que estas líneas sean los focos
del hongo.
La estrategia de
lucha es sencilla si se siguen estos pasos:
Primero: momento de
aplicación. Hay cuatro momentos claves.
Tratamiento 1: Cuando los racimos sean visibles (estado
fenológico F), brotes de entre 5 y 10 cm.
estado F, racimos visibles |
Tratamiento 2: Al comienzo de la floración (estado I)
grave ataque en plena floración, por no realizar tratamientos previos 1 y 2 |
Tratamiento 3: Cuando los granos tienes tamaño guisante
(estado K)
inicio de ataque en el estado K (grano tamaño guisante) |
Tratamiento 4: Inicio de Envero, cuando el fruto comienza a
cambiar de color (5-10% de frutos han cambiado de color, Estado M1). Si no hay
presencia de la enfermedad, este tratamiento puede ser perfectamente
prescindible.
ataque muy severo en envero, consecuencia de una mala estrategia a lo largo de toda la campaña |
Segundo: Producto
aplicado
Es fundamental utilizar una estrategia donde los productos
que apliquemos sean de familias distintas entre un tratamiento y otro, de esta
manera ganamos en eficacia y evitamos resistencia. Cuando la viña es pequeña
(primer tratamiento, primavera) y además el tiempo es cambiante, podemos optar
por un producto sistémico, que nos garantizará que sea eficaz pese a que se
moje es las próximas 3 horas y a que la viña esté creciendo tanto cada día.
Después se puede ir utilizando productos penetrantes y de contacto.
Los primeros tratamientos son los más eficaces y más
baratos, ya que si evitamos la presencia del hongo en los primeros momentos del
ciclo, será muy difícil que lo tengamos después. Además como hay muy poca
vegetación el tratamiento se puede aplicar con muy poco agua, gastando menos
tiempo de trabajo y menos materia activa.
Hemos visto en muchas regiones que el primer tratamiento que
indicamos se obvia, pensando que el riesgo es baja (ya que el agricultor no ve
la presencia de oídio hasta que está presente en los frutos). Es un grave
error, prescindimos del tratamiento más barato y más eficaz y si tenemos
problemas el coste para controlarlo será muy alto y siempre con resultados
parciales.
Si establecemos un estrategias desde inicio, podemos, si el
año es favorable, obviar el ultimo tratamiento, que además es el más caro y
costoso en tiempo, ya que la viña tiene el máximo de vegetación y ya es difícil
llegar a pulverizar sobre los racimos. Esta estrategia la hemos utilizado
durante varios años con resultados muy buenos
En variedades muy sensible, es necesario intercalar
tratamientos entre el 1 y el 2 y entre el 2 y el 3, de cara a tener la planta
protegida en los momentos más sensibles.
Una vez que los brotes agostan y el racimo va incrementando
sus niveles de azucares y antocianos, el riesgo de oídio se reduce, por lo
tanto las estrategias más eficaces y económicas son las tempranas.
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